Parezco idiota. Una y otra vez caigo en el mismo error, o en la misma mujer. Y si ésta es motivo de la posible pérdida de un amigo, entonces es cuando hay que parar para reflexionar sobre ello.
No suelo recurrir a este blog ni a ningún otro medio similar, hace ya cuatro meses de mi último mensaje, pero en esta ocasión lo he visto totalmente necesario.
Suelo mostrarme más sensato y tiendo a evalúar mejor las cosas cuando escribo, pero ni así he logrado llegar a una conclusión clara.
Quisiera poder hablar contigo como siempre, joder. Soy el único que ha puesto trabas a que esto siga siendo así, pero francamente no he logrado hallar otra solución que la más cobarde posible.
Hace muchos años que te conozco y todavía no he encontrado el baremo para medir tus sarcasmos y tus ironías, en cambio sí que he encontrado uno con el que me bastaba hasta ahora, uno para saber cuanto te aprecio, y cuanto aprecio tu amistad. En cambio, no lo estoy demostrando.
Y, llegados a este punto, ¿qué ha pasado entonces? ¿qué me ha pasado o qué ha cambiado en mí?
Lo único que puedo decir con seguridad es que tengo miedo. Hay algo dentro de mí que me dice que lo que vas a hacer no está bien. No es que no esté bien hecho, porque tienes todo el derecho a actuar como desees, sino porque creo que quizá pueda pasar algo que no quiero siquiera imaginarme, porque en cierto modo me haría mucho daño.
Quizá sea eso, le he dado ya tantas vueltas que no sé ya ni qué pensar.
De momento solo puedo concluir diciendo que soy un egoísta, además de un idiota. En un futuro quizá pueda sacar algo en claro de esta situación.
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